Rafael Michel
El olor a pasto, de los campos de fútbol O de polvo levantado en los salones escolares me lleva a memorias lejanas: ¡Anécdotas personales! De cuentos grandiosos y disimulados, sobre nosotros –¡los gemelos!- las travesuras inocentes de poesías hechas de espejos, al ver a los frutos de mi hermano y de Miriam -Rafael Micher Jr y Génesis Miribraham- de palabras hiladas en oro ¡como mi madre nos conducía! de imágenes labradas en silencio. Desde entonces la experiencia,el hecho, tiene el sabor a un gran valor y a divina creación. Gruñe apretada –la memoria- en su origen, se agrieta internamente cubriendo sus mundos mundo con su calor, con su textura con su inexperiencia. ¡Ah, qué memoria! El campo y las aulas, para nosotros probablemente ya fondos frenados. El niño y la niña, con sus vivencias, se estrechan inequívocamente desde el comienzo de su historia mutua. El primer fuego humano consumió una rama pequeña de un –tal vez- árbol genealógico milenario. Michel -ZuñigaAl calor de esa llama seGestó la historia humana, de dos seres preciosos y no lo dudo Amados e inteligentes.
Es fácil entender cómo un archivo puede ser visto como una ventana al pasado, para investigadores y estudiantes; en expediente privado -donde escribimos dos, Rafael Abraham Michel y Rafael Mario Michel- guardamos mucha información que a la postre ya hacen la historia y que queremos compartir con los lectores, que son lo mejor que tenemos. Sus críticas y comentarios son bienvenidas y super especiales, que las tomaremos en cuanta en: micro_cuate@hotmail.com, microcuate@gmail.com.
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