domingo, 20 de septiembre de 2009

El PADRINO A LA MEXICANA...

Rafael Michel.
El Padrino es una novelade género criminal escrita por el escritor italoamericano Mario Puzo que originalmente publicó una de las mayores editoriales del país conocida como G. P. Putnam's Sons en 1969. Detalla la historia ficticia de una familia de la mafia siciliana asentada en Nueva York y que está encabezada por Don Vito Corleone, El gran jefe, la cual se convirtió en sinónima de la mafia italiana. La trama transcurre entre los años 1945 y 1955, y también proporciona el trasfondo de Vito desde su niñez, hasta su madurez.
El libro introdujo términos italianos tales como consigliori, caporegime, Cosa Nostra, y omertà a la audiencia de habla inglesa. Formó las bases de una película homónima que se rodó en 1972. En 1974 y 1990 se rodaron dos nuevas secuelas, con nuevas contribuciones de Puzo. Tanto la primera como la segunda película están ampliamente consideradas como unas de las mejores filmaciones cinematográficas de todos los tiempos..

PERO EL DE LA POLITICA MEXICANA...
En los últimos días, una serie de fotografías publicadas on line por la revista mexicana Quién me ha dejado sorprendida. Se trata del resumen gráfico de la boda de Carolina Chuayffet Soto, hija del ex gobernador mexiquense, ex secretario de Gobernación y actual diputado federal electo, Emilio Chuayffet Chemor. Y digo que las imágenes me sorprendieron porque no pensé ver reunida en todo su esplendor a la mismísima cúpula priísta, especialmente a tan pocos días de haber obtenido su tan pavoneado triunfo en las elecciones federales intermedias. Vamos, la mencionada reunión de los poderosos me deja con la boca abierta más que nada por el estilo en que se llevó a cabo. No puedo negar que de repente, al observar a Emilio Chuayffet, a sus familiares y amigos festejando tan pomposamente la boda, mi primera impresión fue la de recordar una de las más célebres secuencias de la película El Padrino, el film realizado en 1972 dirigido por el ítaloamericano Francis Ford Coppola. Precisamente la película inicia el día de la boda de la hija del capo Vito Corleone, con la gran familia de la mafia siciliana que vive en Nueva York que va a rendir homenaje a su líder, al Padrino y de paso a arreglar algunos asuntos pendientes. Sin ofender. La boda parecía más que el festejo por la unión de dos esperanzados jóvenes, una reunión de jefes, una simbólica ceremonia en la cual lo menos importante eran precisamente los jóvenes esposos.Lo que se ve y se lee en cada imagen de las nupcias es la demostración de que como el ave Fénix, el PRI resurge de sus cenizas y no precisamente renovado. Se aprecia simplemente la cohesión de un fuerte grupo político en el cual el capo, el Padrino, parecería ser el ex presidente Carlos Salinas de Gortari, que, terminado su aparente exilio, parece haber olvidado el auténtico rechazo que gran parte de la población le expresa constantemente. Ahí, enmedio de la gente que lo aprecia y lo reconoce, Salinas deja atrás los tiempos en que llegaba a México casi a escondidas, generando noticia con sus visitas semi clandestinas. Los abrazos, los saludos, las sonrisas, parecen las mismas de aquellos memorables días de Solidaridad. En la boda de la hija del representante de la nueva generación vencedora del partidazo, Salinas fue no solamente un espectacular invitado: además fungió como primer testigo de honor. Y al lado del capo, el otro lugar importante en la ceremonia fue para quien parece a todas luces ser el ungido del clan priísta. Honores, lisonjas, festejos, flashes y reconocimientos para el otro testigo de lujo, el gober bonito, el del gran copete, Enrique Peña Nieto, que junto a su Gaviota acaparó más atenciones que los propios novios.En fin, una ceremonia en la que Chuayffet, el anfitrión, y Beatriz Paredes, como dirigente oficial del PRI, son parte del mensaje de unión y de cohesión del “PRI de hoy”, que al reconocer ya sin tapujos y sin falsos pudores la presencia de Carlos Salinas de Gortari, nos ratifica sin problemas parte de su slogan: “experiencia probada”.Así también el partidazo nos obliga a preguntarnos dónde está la “nueva actitud” que en apariencia le dio el triunfo en las urnas y le hizo ganar otra vez la confianza ciudadana.No termino de entender si la boda en cuestión, con todos los símbolos que mostró fue un acto casual o fue planeada de esa manera. No me es posible descifrar si los priístas de siempre se reunieron tan pública y festivamente con toda la intención de que el país entero se enterara de que el dinosaurio todavía está ahí. En Italia existe un dicho que reza que “el lobo pierde el pelo, pero no el vicio”. A lo mejor es el refrán que mejor describe lo que vimos hace algunos días. Una clase política que se niega a cambiar siquiera las formas, que se muestra despilfarradora, prepotente, triunfalista y cínica. Como en todo el mundo, los poderosos se empeñan en hacer gala de su poder. Las mayorías se ocupan de llevarlos a las posiciones que ocupan pero no tienen derecho de cuestionarlos y se deben limitar a observarlos. Ahora bien, para completar mi reflexión están las teorías formuladas por el investigador Edgardo Buscaglia, publicadas por el diario mexicano El Universal en su versión on line. De acuerdo con el académico, quien es coordinador del Programa Internacional de Justicia y Desarrollo del ITAM, la sociedad mexicana se está enfrentando “a grupos criminales que se esconden detrás de empresas y no se les están aplicando herramientas para confiscarles su dinero ilícito. Son empresas en donde están involucrados políticos y empresarios famosos que salen en las revistas"El académico señala además que "ha cambiado mucho la fisonomía de las cúpulas criminales. Muchos de estos personajes han ido a escuelas de negocios, a Harvard, a Londres. Cuando uno hace investigaciones patrimoniales descubre que están detrás de estas organizaciones empresarios y políticos" Una afirmación tan fuerte da mucho para pensar. Mucho para sospechar. Mucho para no confiar. Especialmente cuando en México los gobernantes se ocupan y se preocupan más por atrapar a los capos aparentes de las organizaciones criminales. De acuerdo con Buscaglia, no es posible afirmar que “El Nica, El Chayo o El Chango Méndez sean "El Jefe". Los directorios visibles sólo son pantallas, los verdaderos no siempre están visibles y ellos, por lo regular consejos directivos, son los que planean las estrategias de esas mafias. Los que vemos son meros operativos”.Grave acusación que nos lleva a sospechar que por muy sanguinaria que sea la declarada guerra contra la delincuencia organizada, ésta no será derrotarla por una sencilla razón: al parecer el enemigo tiene un perfecto camuflaje “gracias a sus redes patrimoniales que le generan recursos para poder pagar protección, comprar droga, armas y financiar las ejecuciones”. Es por eso que uno, ciudadano común y corriente, se preocupa cuando ve a la cúpula de un partido comportarse en una forma más bien estereotipada. Se sacan conclusiones, se hacen reflexiones y lo único que queda por preguntar es hasta cuándo continuaremos llevando al poder a los personajes equivocados y hasta dónde nos veremos obligados a pagar las consecuencias...

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