sábado, 19 de septiembre de 2009

LAS MANOS

Las manos son además la tarjeta de presentación de cualquier persona. La cara se maquilla, el pelo se moldea, pero las manos son el testigo directo no sólo de la edad sino del tipo de vida que uno hace. Con las manos no se puede disimular en un momento. Si no son bien tratadas permanentemente siempre lo demostrarán.
Las manos pueden mostrar un aspecto cansado, envejecido, desaliñado si no se les protege del uso y desgaste diario y las uñas pueden ser una zona desastrosa si no reciben la atención necesaria. Es evidente que ninguna mujer de nuestros días puede dedicar horas cada semana al cuidado de sus manos, ni permanecer con ellas enguantadas o "mano sobre mano", para evitar su deterioro. Conscientes de esta realidad los laboratorios de cosmética han lanzado en los últimos tiempos tratamientos absolutamente eficaces capaces conseguir con unos minutos cada semana unas auténticas manos de ángel.
Mientras que la palma de la mano es de estructura espesa y resistente, el dorso, por el contrario, tiene una epidermis fina y frágil que cuenta con escasas glándulas sebáceas . Estas características fisiológicas, similares a las del contorno de los ojos, explican su gran fragilidad y el que queden inexorablemente registradas en ellas el paso del tiempo y las agresiones que reciben: lavados frecuentes, detergentes, calor-frío, carga de peso. Con la edad pierden elasticidad, disminuye la grasa hipodérmica, se relajan los tejidos y aparecen manchas oscuras . Si no reciben los cuidados necesarios se desecan, deshidratan, y se vuelven ásperas y rugosas, envejeciendo prematuramente.
La hidratación de las manos es tan importante como la del rostro. Las cremas hidratantes de última generación son de textura ligera y se absorben inmediatamente sin dejar el mínimo rastro de grasa, está, además enriquecidas con agentes calmantes y cicatrizantes que además de reparar actúan como un guante invisible de protección. La crema de manos debe aplicarse regularmente todas las mañanas sobre las manos secas, masajeando suavemente hasta que el producto se absorba totalmente. Se masaje hay que efectuarlo procediendo desde el extremo de los dedos hasta llegar al puño. Una vez a la semana antes de efectuar la manicura es conveniente aplicar una capa fina de una crema exfoliante para manos, dejándola reposar unos minutos hasta que el producto se seca ligeramente y frotando luego con suavidad para eliminar las pequeñas células muertas que afloran a la superficie, aclarando después con agua tibia. Antes de aplicar la crema hidratante de manos es necesario que estén bien secas.

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