Rafael Michel.
Ciencia del beso.
Nada más bonito que un buen beso, ¿no?
¡Me fascina!
Para quienes gustan besar y disfrutan de que los besen, podrán deleitarse con el libro La ciencia de besar, de Sheril Kirshenbaum (científico de la Universidad de Texas).
Salió el 5 de febrero, con tiempo para leer para el día de San Valentín.
Pero, ¿el beso tiene ciencia? Definitivamente, sí. Primero hay que saber que los labios tienen terminaciones nerviosas, por lo que el contacto de los mismos, envía numerosas señales al cerebro, por lo que hace que se sienta bien, explica la experta.
Además, el beso brinda claves para saber cuán compatibles somos con la otra persona; ya que durante el mismo se usan los sentidos del olfato, gusto y tacto. Ahí aparece la hormona llamada oxitocina –se la conoce popularmente como la hormona del amor-, la cual es la responsable de apegarnos a la otra persona por un largo tiempo.
La hormona dopamina, que aumenta durante el beso, es la que nos da los sentimientos de deseo. Y la serotonina –que es neurotransmisora- es la cual nos hace pensar insistentemente en el otro, sobre todo cuando besamos a alguien nuevoEn definitiva, el besarse es una experiencia importante y significativa en las relaciones amorosas. Generalmente, con un buen beso la relación puede seguir, mientras que uno malo puede terminar con la misma. Claro, que la calidad del beso es meramente personal.
Por otro lado, explica la especialista, existen el beso romántico y el social; en muchos lugares la gente acostumbra a saludarse con un beso en las mejillas (por ejemplo, en la Argentina).
En sí, el besar es muy bueno para la salud: disminuye el estrés, la presión arterial, fortalece los lazos sociales y da felicidad.
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