viernes, 30 de noviembre de 2012

ISIDRO SORIA, CALIFICA COMO ¡BUENO! GOBIERNO DE CALDERON

Rafael Michel
¡Bueno!, así seco y sin más preámbulos Isidro Soria Rodríguez, Licenciado en Administración de Empresas, -uno de los miles mexicanos- calificó la gestión del licenciado Felipe Calderón Hinojosa, al concluir hoy su último día al frente del gobierno de Los Estados Unidos Mexicanos: México. Y así como él, hay otro millones que pueden decir lo mismo y muchos otros lo contrario; pero en honor a la verdad, la historia juzgará mejor su misión en el periodo presidencial 2006 – 2012.
¿Hizo bien el enfrentar el cáncer que lacera a la sociedad: el crimen organizado?
Todos los mexicanos desde Quintana Roo hasta la ciudad más visitada del mundo: Tijuana, tenemos derecho a opinar y hacer un balance drástico sobre la labor del gabinete que encabezó Felipe Calderon Hinojosa.

Todos los medios masivos de comunicación dieron cuenta de hechos y sucesiones que acontecieron durante los seis años de gobierno.

Pero en tanto que Felipe Calderón sigue la tradición de otros expresidentes como Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) o Ernesto Zedillo (1994-2000) y se va de México tras ocupar la residencia oficial de Los Pinos durante los últimos seis años. Calderón, de 50 años, que entregará el poder a Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI) el próximo sábado, se marchará el año que viene a la Universidad de Harvard (EE UU), concretamente a la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, donde dictará conferencias y donde cursó un Máster en Administración de Empresas. “Estoy muy entusiasmado con esta oportunidad”, ha dicho.

Felipe Calderón asumió hace seis años la presidencia de México entre denuncias –nunca probadas– de fraude electoral por parte de sus rivales de izquierda. Pocos días después de instalarse en la residencia oficial de Los Pinos, y quizá con la intención de afianzar su autoridad, ponía en marcha la iniciativa que ha marcado todo su sexenio: sacar al Ejército a la calle para combatir al crimen organizado. Cien mil muertos después, Calderón entrega este sábado el poder a Enrique Peña Nieto y se marcha a dar clases en Harvard «con la conciencia de haber actuado en cumplimiento de mi deber y responsabilidad al servicio de México». «He trabajado para dejar una patria más fuerte, con un mejor sistema de justicia, más sano y con una economía sólida», asegura.

La guerra contra el narco arroja un número de muertes que, a falta de estadísticas oficiales completas, la mayoría de recuentos cifran por encima de 60.000. Pero el semanario «Zeta» de Tijuana eleva esa cantidad hasta los 83.000 muertos, mientras que el Instituto Nacional de Geografía e Informática ha calculado unos 95.000. La organización civil México Evalúa, con base a datos públicos, va más allá y estima que entre 2006 y 2012 se han producido 101.000 asesinatos. Esta es una cantidad incluso superior a la de la guerra en Irak durante la década pasada, que la revista médica británica «The Lancet» sitúa en 98.000 víctimas civiles.

Curiosamente, en la percepción de los ciudadanos el principal acierto de Calderón fue su combate a la delincuencia, con el 40,5% de apoyo. Y, según la reciente Encuesta Nacional 2012 levantada por el Gabinete de Comunicación Estratégica, también obtiene la mayor desaprobación en materia de seguridad: 37,3% de rechazos.

Para el «Washington Post», Calderón envió «batallones de soldados mal entrenados a las calles para luchar contra poderosas organizaciones criminales [y] deja el campo de batalla con su guerra esencialmente en un punto muerto [...] A pesar de que las fuerzas de seguridad han capturado o matado a más de dos docenas de los líderes de los cárteles más buscados, muchas de estas vacantes han sido cubiertas [y], mientras algunos cárteles han sido disminuidos, otros han prosperado, por lo que no ha habido ninguna reducción apreciable en la droga que se trafica a EE.UU.»

Este combate ha desgastado notablemente a las fuerzas armadas, que son, de lejos, la institución más respetada por la ciudadanía. También deja una herida interna en la milicia, fracturada entre el Ejército (a quien se le han atribuido excesos y violaciones de los derechos humanos) y la Marina, responsable de los principales éxitos en el combate a los cárteles.

Por lo pronto: Faltándole horas para dejar la presidencia, Calderón ha sorprendido a los mexicanos con dos últimos proyectos legislativos: cambiar el nombre del país del actual Estados Unidos de México por el de simplemente México y proponer una segunda vuelta en las elecciones presidenciales. Las dos iniciativas han caído en el vacío.

También se va dejando un campo de batalla en el que han muerto más de 60.000 personas en incidentes relacionados con la violencia asociada al crimen organizado. La Encuesta Nacional 2012 del Gabinete de Comunicación Estratégica, publicada este martes, desvela que para el 65,8% de los mexicanos el Estado va perdiendo la guerra contra el narcotráfico.

El sondeo, realizado sobre una muestra de 41.700 ciudadanos en el mes de octubre, señala que cuatro de cada 10 mexicanos consideran que la guerra contra el narco y la inseguridad constituyen el principal error de la Administración de Calderón. Tres de cada 10 declaran que él o un familiar ha sido víctima de un delito y cuatro de cada 10 aseguran que han dejado de salir de noche.

Asimismo, el 50% de los encuestados opina que el presidente deja un país peor que el que recibió en 2006 frente a un 48% que cree que lo deja mejor. Sin embargo, el nivel de aceptación de Calderón, según el sondeo, es del 7,2%, similar al 7,5% con el que inició su mandato. Entre los Estados que mejor lo califican están Nuevo León, Nayarit, Tamaulipas, Colima y Zacatecas. Los que peor lo valoran son Distrito Federal, Tabasco, Estado de México, Puebla y Morelos. Por otra, parte, el 51,2% considera que México está estancado, un 70% desea un cambio y un 59,5% confía en que Peña Nieto mejorará lo hecho por Calderón.

Eso publican los medios internacionales.

Yo, la verdad, sí tengo fe.


 


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