Rafael Michel.
¡Qué Dios nos tome confesados! Sería la tercera
guerra mundial. Y yo, al igual que muchos de nuestros lectores -creo-, no
queremos sufrir consecuencias de intereses de los políticos de otros países.
I
El presidente de Estados Unidos de América -EE UU-,
Barack Obama, se está tomando su tiempo, más del que aconsejan sus asesores
militares, antes de decidir un ataque aéreo contra Siria. La repugnancia
personal a la guerra es sin duda una de las razones que están detrás de las
dudas a las que está haciendo frente Obama, galardonado en 2009 con el Premio
Nobel de la Paz ,
en estas últimas horas. "Aún no he tomado una decisión", ha repetido
el presidente en las dos ocasiones en las que ha hablado a lo largo de esta
semana de la crisis siria, después de haber explicado con su habitual
elocuencia por qué el régimen del presidente Bachar al Asad merece un castigo
ejemplar. Aunque Obama ha demostrado durante su mandato que no le tiembla el
pulso a la hora de usar el poderío militar estadounidense, esta vez su decisión
de atacar sería diferente.
II
Obama duda por su repugnancia personal a la
guerra Obama heredó de su antecesor, el republicano George W. Bush, los
conflictos de Afganistán (2001) e Irak (2003), y en el marco de esas guerras
tomó decisiones arriesgadas, como la de aumentar el despliegue de tropas
estadounidenses en el teatro afgano cuando todavía no había cumplido un año de
su primer mandato, en diciembre de 2009. En marzo de 2011 impulsó y contribuyó
a la coalición internacional que llevó a cabo la intervención militar que
acabaría con el dictador libio Muamar al Gadafi. Y apenas unos meses después,
en mayo de 2011, dio la orden para una de las operaciones encubiertas más
espectaculares de la historia del Ejército y los servicios de espionaje
estadounidenses, la que condujo a la localización y muerte del líder de Al
Qaeda, Osama Bin Laden, enemigo público 'número uno' de los EE.UU. desde hacía
décadas. El ataque de Abbottabad (Pakistán), en el que Obama se jugó su
carrera, le valió la admiración de los estadounidenses, le abrió las puertas
para la reelección y lo confirmó como el comandante en jefe que el país
merecía. Solo frente al mundo Pero ahora, a diferencia de esas campañas y
golpes de mano, Obama sabe que está solo frente al mundo y que, si se
desencadena un nuevo conflicto en Oriente Medio como resultado de la agresión
contra un país árabe, habrá sido por su iniciativa.
III
El Premio Nobel le fue concedido a Obama cuando
casi no se había estrenado en la esfera internacional, por "sus extraordinarios
esfuerzos" encaminados a reforzar la diplomacia y la cooperación entre los
pueblos, y por el "nuevo clima" que el mandatario prometía forjar, en
especial con el mundo musulmán. Putin ya ha avisado a Obama de su postura sobre
la intervención Pero ya en su discurso de aceptación, el presidente
estadounidense defendería que el uso de la fuerza es a veces necesario,
"una idea que él tenía que dar, pero no precisamente una que el Comité
Nobel quería escuchar", según comentaría el diario The New York Times. El
presidente ruso, Vladimir Putin, apeló a la condición de Obama como premio
Nobel de la Paz
para pedirle que se piense dos veces un ataque contra Siria. "Me dirigiría
a Obama como premio Nobel de la
Paz : antes de emplear la fuerza en Siria hay que pensar en
las futuras víctimas", ha dicho el presidente de Rusia, citado por las
agencias de ese país. El Gobierno estadounidense ha dado muestras de que teme
los efectos de una acción militar. Teme no sólo que lo que empiece como acción
"quirúrgica" termine convirtiéndose en otra guerra lejana y
extenuante. Ataques informáticos También teme la eventualidad de que EE UU
pueda verse directamente afectado por una oleada de ataques terroristas o lo
que se ha bautizado ya aquí como un "ciber Pearl Harbour", una masiva
intrusión de piratas informáticos que desbarate las comunicaciones, las redes
de energía o transporte, incluidas las centrales nucleares, o el funcionamiento
de la
Administración. Pero no es nada probable que el llamamiento
de Putin haga mella en Obama, toda vez que Moscú es el principal aliado de Asad
y no ha dudado en bloquear en la
ONU todos los esfuerzos por orquestar una respuesta
internacional a las matanzas que se están produciendo en la guerra civil siria.
IV
"Mucha gente, incluido yo, está harta de
guerras", dijo el viernes Obama. Pero, añadió, "es importante que
reconozcamos que, cuando más de un millar de personas son asesinadas, incluidos
centenares de niños inocentes, mediante el uso de unas armas que el 98 ó el 99
por ciento de la humanidad ha dicho que no deben usarse ni siquiera en la
guerra, y no hacemos nada, estamos enviando una señal, que es un peligro para
nuestra seguridad"
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