miércoles, 30 de julio de 2014

Salvador Novo, NO le avergonzaba su homosexualidad


Rafael Michel
Sí, en aquélla época Salvador Novo fue  belicosamente –agresivamente- reconocido.
Un hombre inteligente. Con gran sabiduría. Tenía muchas cualidades y destrezas. Sabía escribir  ¡ y muy bien!
Escribió páginas muy crueles sobre muchas figuras como Diego Rivera, sobre sus propios amigos. Muchas veces esas páginas satíricas –sobre todo en verso- alcanzan un nivel literario que hace pensar en un Quevedo del Siglo XX.  Leía muchísimo.

Pero Salvador Novo es también la crónica, el teatro y la historia. Por cuenta propia, blande el lenguaje cual si fuera una filosa espada, o que decir de un puñal o un guante (que no es blanco), y que deja caer sobre sus enemigos a la menor oportunidad. Su enorme amor por la cultura y las artes, lo impulsa a la apertura de su propio teatro en Coyoacán donde estrena varias de sus obras dirigiéndolas el mismo. Sus viajes a través de México y el extranjero, enriquecen la visión de este “dandy” amante de las letras y el buen gusto, que con su obra estimula el abrevadero cultural de México.   
Salvador Novo nación en la Ciudad de México el 30 de julio de 1904, luego de vivir su infancia en Torreón, Coahuila, regresó a la capital para matricularse en la entonces Universidad Nacional de México donde estudiaría Derecho. Murió el 13 de Enero de 1974.
De niño tuvo que cursar sus últimos años de educación básica en el  colegio exclusivo para mujeres, eso marcaría su vida, su "curiosidad por la literatura y por el sexo se verá caracterizada por la duda y la incertidumbre", diría Germán Martínez.
"... como casi todos los días, mi madre me acicalaba con exageración. Adoraba los bucles que peinaba en torno a mi frente, me empolvaba el rostro, me obligaba a fruncir la boca para que no me creciera", escribió sobre su madre Amelia en "La estatua de sal".
El joven Novo no terminó la carrera de abogado pero en cambio fundó, al lado de Xavier Villaurrutia, la compañía de teatro experimental Ulises (1927) y la revista Contemporáneos (1928).
Luego participaría en el lanzamiento del Instituto Nacional de Bellas Artes, en 1947. Se desempeñó en varios cargos públicos durante toda su vida, entre ellos fue jefe del departamento editorial de la Secretaría de Educación Pública.
En 1965 fue nombrado "Cronista de la Ciudad de México" por el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz.

Sobre Salvador Novo debes saber que:

- Le fascinaban los anillos, pues su forma circular representa el tiempo y la eternidad en varias culturas. Tenía muchos y gustaba usar varios en ambas manos al mismo tiempo. "El barroquismo de su vestimenta juego con lo florido de su lenguaje", explicaría Teresa Madrigal.

- Le gustaba resaltar lo exótico ante la identidad mexicana. "... nacionalizó el humor de vanguardia", describiría la investigadora Lila Xicoténcatl.
- Su sátira le fue reconocida como la "salida del clóset más provocadora de la literatura de habla hispana", según Carlos Monsiváis.
- "Ejercitó las libertades sexuales y abrió un camino enorme hacia la visualización de los deseos que eran satanizados en esa época", describió el poeta Juan Carlos Bautista.
- No le avergonzaba su homosexualidad, al contrario, la aceptó con orgullo y la plasmó en todo lo que escribía.
- Le preocupaba mucho su familia, siempre estuvo al pendiente de que no les faltara nada. Aconsejaba a sus primos e incluso ayudó económicamente a uno de sus tíos cuando estuvo en aprietos: "Tío Salvador, ya sabe usted que no existirá ninguna limitante para que los muchachos (sus primos) sigan estudiando", recuerda lo que dijo a su padre Salvador López Antuñano, primo hermano de Novo.
- No le caía muy bien Diego Rivera y le dedicó una serie de versos satíricos muy ofensivos conocidos como "La diegada".
- Le gustaba usar pelucas, tenía muchas.

 JUNTO A TU CUERPO

Junto a tu cuerpo totalmente entregado al mío

junto a tus hombros tersos

de que nacen las rutas de tu abrazo,

de que nacen tu voz y tus miradas, claras y remotas,

sentí de pronto el infinito vacío de su ausencia.

 

Si todos estos años que me falta

como una planta trepadora que se coge del viento

he sentido que llega o que regresa en cada contacto

y ávidamente rasgo todos los días un mensaje

que nada contiene sino una fecha

y su nombre se agranda

y vibra cada vez más profundamente

porque su voz no era más que para mí oído,

porque cegó mis ojos cuando apartó los suyos

y mi alma es como un gran templo deshabitado.

 

Pero este cuerpo tuyo es un dios extraño

forjado en mis recuerdos, reflejo de mí mismo,

suave de mi tersura, grande por mis deseos,

máscara, estatua que he erigido a su memoria.

 

 

BREVE ROMANCE DE LA AUSENCIA

Único amor, ya tan mío

que va sazonando el Tiempo:

¡qué bien nos sabe la ausencia

cuando nos estorba el cuerpo!


Mis manos te han olvidado

pero mis ojos te vieron

y cuando es amargo el mundo

para mirarte los cierro.

 
No quiero encontrarte nunca,

que estás conmigo y no quiero

que despedace tu vida

lo que fabrica mi sueño.

 

Como un día me la diste

viva tu imagen poseo,

que a diario lavan mis ojos

con lágrimas tu recuerdo.

 

Otro se fue, que no tú,

amor que clama el silencio

si mis brazos y tu boca

con las palabras partieron.

 

Otro es éste, que no yo,

mudo, conforme y eterno

como este amor, ya tan mío

que irá conmigo muriendo.

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