Rafael Michel
En las escuela secundarias urge, que también le pongan un alto a este mal.
Un año después de que la Universidad Xochicalco en Tijuana, Baja
California, pusiera como condición de ingreso a una mujer transexual que se
vistiera como hombre, la Procuraduría de los Derechos Humanos en el estado
advirtió a las autoridades educativas que se trató de un acto de discriminación
y recomendó que se dieran instrucciones precisas a los planteles para que no se
incurra en estas prácticas.
El Instituto de Servicios Educativos y Pedagógicos (ISEP) de Baja
California emitió un oficio en el que exigió a los planteles educativos no
discriminar a miembros de la Comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales).
Este documento ha sido firmado por 3 preparatorias y 30 universidades, entre ellas la de Xochicalco, informó Jessica Zamacona, estudiante transexual que a mediados de 2013 interpuso una denuncia ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) contra la institución educativa que le exigió se vistiera como hombre para tener derecho a ingresar en sus instalaciones.
"Para mí es un logro; nunca pensé que esto fuera a llegar tan lejos porque cuando me dijeron que no podían hacer nada, yo pensé que no iba a pasar nada. Yo estoy contenta porque a final de cuentas yo voy estudiar. La finalidad de esto es que no tenga que pasar esto, que cualquier lado al que vayas te tengan que etiquetar porque tu apariencia es diferente a la de los demás", explicó Zamacona.
Así como la recomendación emitida por la Procuraduría de Derechos Humanos, el ISEP solicitó a los directivos de los planteles de nivel medio superior y superior, la creación de programas que fomenten el respeto a la Comunidad LGBT y el cese de la discriminación; también que se implementen sanciones contra quienes incurran en este tipo de acciones.
Zamacona iniciará ciclo escolar en otra universidad donde no fue discriminada, pero está contenta de que con esta decisión se siente un precedente en cuanto a la defensa de los derechos de la Comunidad LGBT.
"Siempre te voltean a ver, siempre te señalan... no me dicen nada pero me miran mal; si voy al banco a cambiar el cheque preguntan que si soy yo o no soy yo (la persona de la identificación que mostraba)... ahorita ya no me siento tan mal porque ya no me importa, al principio cuando inicié mi transición yo lloraba porque muy difícil que la gente te señalara", cuenta Zamacona.
Consciente de que su caso no es único, Zamacona destaca la extorsión por parte de la Policía de que son víctimas otras mujeres transexuales que trabajan como sexoservidoras en el centro de Tijuana.
Desde hace 7 años que decidió comenzar con su transformación, Zamacona ha sido víctima de la discriminación. Lamenta que además de las autoridades, sea la sociedad quien la rechace.
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