domingo, 14 de febrero de 2016

TENTACIONES DE LOS CRISTIANOS QUE NOS DEGRADAN


Rafael Michel.
Jorge Mario bergoglio, el Papa, fue claro en la explicación que dió luego de leer las santas escrituras.
Fue directo.
Sensato.
Sin tapujo.
En su homilía del domingo -14 de febrero de 2016-, el papa Francisco habló en Ecatepec sobre tres tentaciones que enfrentan los cristianos y "que buscan degradar y degradarnos"
"Primera: la riqueza, adueñándonos de bienes que han sido dados para todos y utilizándolos tan sólo para mí o «para los míos». Es tener el «pan» a base del sudor del otro, o hasta de su propia vida. Esa riqueza que es el pan con sabor a dolor, amargura, a sufrimiento. En una familia o en una sociedad corrupta ese es el pan que se le da de comer a los propios hijos".
"Segunda tentación: La vanidad, esa búsqueda de prestigio en base a la descalificación continua y constante de los que «no son como uno». La búsqueda exacerbada de esos cinco minutos de fama que no perdona la «fama» de los demás, «haciendo leña del árbol caído»".
"La tercera tentación, la peor, la del orgullo, o sea, ponerse en un plano de superioridad del tipo que fuese, sintiendo que no se comparte la «común vida de los mortales», y que reza todos los días: «Gracias te doy Señor porque no me has hecho como ellos»".

Ante esa reflexión, el papa cuestionó a la congregación:
"¿Hasta dónde somos conscientes de estas tentaciones en nuestra persona, en nosotros mismos? ¿Hasta dónde nos hemos habituado a un estilo de vida que piensa que en la riqueza, en la vanidad y en el orgullo está la fuente y la fuerza de la vida? ¿Hasta dónde creemos que el cuidado del otro, nuestra preocupación y ocupación por el pan, el nombre y la dignidad de los demás son fuentes de alegría y esperanza para vencer esas tentaciones?".

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