Rafael Michel.
Fuerte.
Seguro.
Firme.
Sin contemplación alguna.
Jorge Mario Bergoglio (17 de Diciembre de 1936), se dirigió a la multitud y arrojo uno, dos o tres "zarpazos" a quienes escuchaban. Y se le hizo honor al refrán: "que se ponga el saco a quien le quede a la medida"...
Jorge Mario Bergoglio (17 de Diciembre de 1936), se dirigió a la multitud y arrojo uno, dos o tres "zarpazos" a quienes escuchaban. Y se le hizo honor al refrán: "que se ponga el saco a quien le quede a la medida"...
En todos los rincones de la República Mexicana , desde Tijuana hasta Quintana Roo y demás pueblos, ciudades y metropolis lo escuchamos, lo vimos y oímos lo que dijo el Representante del vaticano.
El Papa Francisco alertó sobre tres tentaciones que
afectan la convivencia de la ciudadanía: la riqueza, la vanidad y el orgullo,
por lo que criticó el enriquecimiento de unos pocos a costa de los demás.
En la homilía de la misa multitudinaria que oficia
en Ecatepec, el Obispo de Roma dijo que en este tiempo de Cuaresma es
indispensable propiciar la conversión y anteponer ante cualquier tentación la
“dignidad de las personas”.
El papa Francisco explicó que estas tres
tentaciones buscan la separación de las familias y la división de la sociedad,
pues no reconoce la “dignidad que todos llevamos dentro”.
“¿Cuántas veces, y con dolor lo digo, somos ciegos
e inmunes ante la falta del reconocimiento de la dignidad propia y ajena? Por
eso la Cuaresma es el tiempo para ajustar los sentidos, abrir los ojos ante tantas
injusticias que atenta directamente contra el sueño y proyecto de Dios; es
tiempo para desenmascaran esas tres tenciones que dividen la imagen que Dios ha
querido”, dijo.
Incluso, el papa Francisco dijo que estas tres
tentaciones las sufrió el propio Cristo.
Explicó que la acumulación de la riqueza en manos
de unos cuantos, adueñándose de los bienes que han sido dado para todos, es
parte de esas tentaciones que dividen.
“Es tener el pan a base del sudor del otro, o hasta
de su propia vida. Esa riqueza que es el pan con sabor a dolor, amargura, a
sufrimiento. En una familia o en un sociedad corrupta ese es el pan que se le
da comer a los propios hijos”.
La segunda tentación es de la vanidad, que es
búsqueda del prestigio a base de la descalificación de los demás y que sólo
pretende tener “cinco minutos de fama y que no perdona la fama de los demás,
haciendo leña del árbol caído”.
El papa Francisco dijo que estas tentaciones van
abriendo paso a la tercera tentación, la peor: el orgullo, en la que uno trata
de ponerse en un plano de superioridad, sintiendo que no se comparte la común
vida de los mortales.
En ese sentido, aseguró que detrás de estas
tentaciones está el diablo y con “el demonio con el que no se dialoga, porque
nos va a ganar siempre. Sólo la palabra de Dios lo puede derrotar”.
El mensaje del papa Francisco en Ecatepec se
enmarcó en el tiempo de la cuaresma que ya inició.
Este, dijo, es un tiempo de conversión y también de
enfrentar a quienes amenazan con la mentira y actúan para dividir y enfrentar a
la sociedad con lo que buscan generar “una sociedad de pocos y para pocos”.
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