Rafael Michel.
Nos sorprendió a todos.
Es un historia de dolor y terror.
Fue duro. Amargo. Espantoso. Triste.
Y no sólo a noventa paises,sorprendió.
Tijuana recibió la consecuencia, directamente.
Hasta cicno horas para cruzar a pie, a Estados Unidos, hemos esperado.
Más bien, afecto a todo Estados Unidos Mexicanos.
Aún no nos reponemos.
Todos estamos y seguimos con mucho temor.
Me ecnontraba laborando, impartiendo la catédra sobre la Cultura de la Legalidad y me mando llamar la la profesora Graciela Ramirez, para preguntarme que si ya sabía que estaban bombardeando a Estados Unidos.
Las imagenes por televisión, eran impactantes.
Inmediatamente me comuniqué con mi familia.
La nostalgía no se hizo esperar. Nadie sabia que sucedía.
Este 11 de septiembre se cumplen 10 años del ataque a las “Torres Gemelas” en Nueva York, Estados Unidos, uno de los puntos estratégicos para el comercio y los negocios a nivel internacional. Aquella mañana de martes, tres ataques de la agrupación terrorista Al Qaeda tuvieron como blanco la emblemática zona comercial y la fachada del Pentágono, mientras que un cuarto fue frustrado contra algún objetivo y terminó colisionando en campo abierto.
El dolor sigue presente diez años después del 11-S en decenas de hogares latinos, desde EU al Cono Sur, ya sea por haber estado cerca de la muerte, por la pérdida de un ser querido o por las enfermedades originadas tras los atentados.
En diez años, sólo dos estudios de Hollywood produjeron películas directamente inspiradas en los atentados más mortíferos jamás cometidos en suelo estadunidense: Universal, con Flight 93 (2006) y Paramount, con World Trade Center de Oliver Stone (2006).
No obstante, Hollywood sí reaccionó –como es habitual– a este tema durante los meses que siguieron al ataque. "Había un enorme interés por el 11 de septiembre y sus consecuencias", dijo en entrevista Bonnie Curtis, quien produjo para Steven Spielberg Saving Private Ryan y A.I. Artificial Intelligence, antes de dedicarse al cine independiente.
Los ataques terroristas costaron la vida a cerca de tres mil personas de 90 países, entre ellos Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú y Puerto Rico, y miles de personas resultaron heridas.
Las secuelas del 11-S se siguen sintiendo diez años después entre miles de personas que han tenido que lidiar con el dolor por la muerte inesperada de un familiar o un amigo, los problemas emocionales y económicos, y las enfermedades contraídas tras la exposición a los humos y gases nocivos de la "zona cero".
La mañana del 11 de septiembre dos aviones comerciales se estrellaron contra las Torres Gemelas, causando caos y confusión en la ciudad y consternación en el país y el mundo, y sigue presente, como el primer día, en la memoria de muchos, como la argentina Andrea Waisman. Ese día murió su única hermana, Gabriela.
Gabriela, quien tenía 31 años, acudió esa fatídica mañana a ayudar a una amiga que trabajaba en la misma compañía con una conferencia en el piso 106 de la Torre Norte y Andrea aún recuerda con precisión la última conversación telefónica que mantuvo ese día con su hermana.
"Me dijo que había escuchado un ruido. Hablé unas diez veces con ella porque se cortaba la comunicación. Creí que estaba en su oficina (cerca del World Trade Center), pero cuando me dijo que estaba en las torres pedí a mi esposo que prendiera la televisión, porque si ocurría algo allí, lo estarían transmitiendo", recordó.
En ese momento, Andrea vio en la televisión las imágenes de la primera torre que acababa de ser atacada por los terroristas, y aún con su hermana al teléfono, fue testigo del impacto "del otro (avión) a la segunda torre".
La Torre Norte fue la primera en ser impactada por un Boeing 767 de American Airlines, que se introdujo entre los pisos 93 y 99, a 790 kilómetros por hora y el golpe dejó inservible las escaleras de emergencia sobre ese nivel.
"Fue muy dramático para todos", rememora Andrea, sobre todo para sus padres, que celebraban ese día su aniversario de bodas, y recordó que habían transcurrido cerca de dos horas desde que habló por ultima vez con ella hasta que se desplomó la Torre Norte.
"Teníamos la esperanza de que hubiese podido escapar, pero no fue así", recordó con tristeza y agregó que su hermana sigue presente en sus vidas.
Miles de familias, como los Waisman, forraron prácticamente la ciudad con fotos de sus familiares desaparecidos, con la esperanza de que alguien les ayudara a localizarlos.
Waisman y su familia afrontan el décimo aniversario con tranquilidad tras la muerte de Osama bin Laden, autor intelectual de los atentados. "Se hizo justicia, no la trae de vuelta, pero fue un día mejor para nosotros" su muerte, aseguró.
Al igual que Gabriela, la salvadoreña Karla Villatoro, también estaba en la Torre Norte.
"En diez años he ido allí en sólo cinco ocasiones, y porque me han obligado. Me da pena porque ese lugar fue parte del sustento para mis hijos y donde prácticamente vivía", indicó la mujer, madre y padre para sus cuatro hijos para quien la tragedia del 11-S significó la pérdida del empleo con el que sostenía su hogar.
De ese día recuerda "la tragedia, el desespero, las ganas de salvarse". "En El Salvador hubo guerrillas y nunca sentí la muerte encima", afirmó Karla, quien debido al impacto emocional no ha podido trabajar y ha requerido tratamiento médico.
Para la dominicana Iris Ramírez, quien trabajó en la limpieza de los escombros durante cuatro meses, doce horas diarias, siete días a la semana, el 11-S ha significado vivir con temor y enferma ya que desarrolló gastritis, asma crónica y tuvo que retirarse.
"Tengo un recuerdo permanente de ese día, mucha destrucción, y el terror de que otros edificios colapsaran en cualquier momento porque les faltaban pedazos, Vi sacar cuerpos o pedazos de cuerpos", señaló.
Ramírez aseguró que sigue viviendo con terror. "Subí a un avión ocho años después de la tragedia, pero sedada, tengo que tomar píldoras para dormir y hasta para cruzar un puente porque creo que va a explotar", afirmó la mujer que tampoco ha vuelto a viajar en trenes en la ciudad.
"Me he aislado de todo, mi vida ha sido un desastre, un cambio total
En diez años, sólo dos estudios de Hollywood produjeron películas directamente inspiradas en los atentados más mortíferos jamás cometidos en suelo estadunidense: Universal, con Flight 93 (2006) y Paramount, con World Trade Center de Oliver Stone (2006).
No obstante, Hollywood sí reaccionó –como es habitual– a este tema durante los meses que siguieron al ataque. "Había un enorme interés por el 11 de septiembre y sus consecuencias", dijo en entrevista Bonnie Curtis, quien produjo para Steven Spielberg Saving Private Ryan y A.I. Artificial Intelligence, antes de dedicarse al cine independiente.
"Mucha gente comenzó a trabajar en un material (dramático) que ni siquiera habría existido si no hubiera sido por el acontecimiento en sí", agregó. Así, durante un tiempo, "circularon muchos proyectos sobre el 11 de septiembre" de 2001.
Pero comenzaron a surgir muchas dudas sobre ellos. "Teníamos muchos cuestionamientos, como: ¿Es demasiado temprano para hacer una película sobre el acontecimiento?, ¿tendrá algún interés el público en verlo?", comentó Bonnie Curtis. La respuesta llegó cuando se estrenaron Flight 93 (2006) y World Trade Center: ambas fracasaron en las taquillas.
La primera recaudó 74 millones de dólares en todo el mundo, la segunda 161 millones. Son cifras mediocres para Hollywood.
"Para los directores de los estudios, esto fue una señal de que había que reconsiderar el tema", observó Jason E. Squire, profesor de la Escuela de Artes Cinematográficos de California del Sur (USD) en Los Ángeles.
De acuerdo con Bonnie Curtis, resultó claro que el público no tenía ganas de ir al cine a ver aquello. "Y Hollywood es una industria; así que después del entusiasmo inicial y unos filmes sobre el tema, ya nadie tuvo la aprobación para realizar este tipo de proyectos".
"El 11 de septiembre fue traumático. Yo estaba traumatizado, como la mayoría de nosotros. No queríamos volverlo a ver", explica Don Hahn, productor de los estudios Disney. "Preferimos divertirnos con películas que nos hicieran olvidar todo aquello".
"Tal vez por eso estamos viendo tantas películas de superhéroes, tantos Capitán América, Iron Man, porque esos personajes pueden derrotar a los chicos malos", sonríe Hahn, quien produjo The Lion King y actualmente trabaja en Frankenweenie de Tim Burton.
Para Squire, no hay ninguna duda de ello. "El 11 de septiembre puso en evidencia la importancia del entretenimiento en la sociedad como medio de evasión".
No obstante, Richard Walter, guionista y profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), está en desacuerdo con esta visión: "Decir que las películas hollywoodenses permiten evadirse, es como decir que el presidente Barack Obama es demócrata. No tiene nada de novedoso".
Según Walter, el mundo del cine fue tan afectado por los atentados como el resto del mundo, pero "Hollywood está haciendo lo que siempre hizo y no cambió nada la forma en que hace películas".
Bonnie Curtis destacó en cambio un mayor apetito tras el 11 de septiembre por las películas ligeras. "Hubo un grupo de cineastas en Hollywood que pensó que lo único que quería el público era evadirse en la fantasía, los efectos especiales y los superhéroes".
Esto no impidió –agrega– que "algunos cineastas quisieran profundizar en la tragedia y mostrar los efectos que tuvo en nuestro país y nuestro planeta", como lo ilustra la cantidad del filmes inspirados en las guerras de Irak y Afganistán, así como The Hurt Locker de Kathryn Bigelow, Oscar a Mejor Película en 2010.
Don Hahn quiere creer por su parte que los atentados condujeron a Hollywood a ser menos caricaturesco y más abierto. "Una de las cosas negativas del 11 de septiembre es que muchos de nosotros nos volvimos muy suspicaces y muy celosos de nuestra cultura. Espero que en diez años nos hayamos vuelto más tolerantes.
Y seguimos viviendo las consecuencias.
Nos sorprendió a todos.
E insisto:
Fue duro. Amargo. Espantoso. Triste.
Y no sólo a noventa paises,sorprendió.
Tijuana recibió la consecuencia, directamente.
Hasta cicno horas para cruzar a pie, a Estados Unidos, hemos esperado.
Más bien, afecto a todo Estados Unidos Mexicanos.
Aún no nos reponemos.
Todos estamos y seguimos con mucho temor.
Es fácil entender cómo un archivo puede ser visto como una ventana al pasado, para investigadores y estudiantes; en expediente privado -donde escribimos dos, Rafael Abraham Michel y Rafael Mario Michel- guardamos mucha información que a la postre ya hacen la historia y que queremos compartir con los lectores, que son lo mejor que tenemos. Sus críticas y comentarios son bienvenidas y super especiales, que las tomaremos en cuanta en: micro_cuate@hotmail.com, microcuate@gmail.com.
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