Es urgente que la sociedad haga algo.
Es urgente despertar la consciencia de todos aquellos que usamos nuestra libertad para las cosas buenas.
es urgente...
La desaparición de una persona, sin importar la causa, produce consecuencias profundas a nivel psicológico y emocional en los familiares, amistades, colegas y en sí, en toda la comunidad. El dolor que produce la ausencia no disminuye con el tiempo, pero tampoco la esperanza. La desaparición de periodistas es poco común en otros países, en México es un elemento que caracteriza la violencia en contra de la prensa. Desde 2003 hasta la fecha, han desparecido diez periodistas. La mayoría investigaba vínculos entre funcionarios públicos y narcotraficantes.
La historia reciente de América Latina está plagada de casos de personas desaparecidas, muy a menudo relacionados con terrorismo de Estado producto de las dictaduras militares que gobernaron la región en la segunda mitad del Siglo XX. En México durante la década de los 70 y 80 fue una práctica sistemática para reprimir a la oposición política, hoy, constituye un método frecuentemente empleado por grupos del crimen organizado.
Además de la ausencia, las familias y amistades de periodistas desparecidos tienen que enfrentar, la indolencia e ineficacia de las autoridades encargadas de las investigaciones. Prácticamente todos los casos reposan en un limbo jurídico. No se cierran las investigaciones pero tampoco se continúa con nuevas líneas de investigación. Los ministerios públicos traspasan la responsabilidad de aportar nuevas pruebas a familiares y colegas. Es práctica común que esto suceda. La estigmatización de las víctimas e inclusive de sus familias, a menudo se convierte en la única respuesta por parte de las autoridades.
Recientemente la Procuraduría General de Justicia de Tabasco, a cargo de Rafael Miguel González Lastra anunció sin tener certeza científica alguna, que había dado con el paradero de Rodolfo Rincón Taracena del periódico Tabasco Hoy, que desapareció el 21 de enero de 2007 en ese estado. Rincón Taracena había publicado un reportaje que detallaba la localización de todos los puntos de venta de drogas en Villahermosa.
La desaparición de periodistas tiene efectos concretos en las comunidades a las que informan. José Antonio García Apac, editor de un pequeño semanario en Michoacán llamado Eco de la Cuenca de Tepalcatepec, era el único medio de comunicación que publicaba información sobre la zona, en donde ni siquiera los periódicos locales son distribuidos. García Apac, despareció el 20 de noviembre de 2006, su familia sigue editando el semanario como una forma mantener vigente su recuerdo.
Michoacán además de ser uno de los focos de la política de combate al narcotráfico, es también el estado con el mayor número de periodistas desaparecidos. Desde 2006 han desparecido cuatro periodistas: José Antonio García Apac, Mauricio Estrada Zamora, María Esther Aguilar Casimbe y Ramón Ángeles Zalpa. Las familias de estos periodistas viven en la incertidumbre, al mismo tiempo, la Procuraduría de Justicia del Estado, ahora a cargo de Jesús Montejano Ramírez, ha fortalecido la impunidad como consecuencia de su ineficacia durante años.
A la esterilidad de las investigaciones emprendidas por las autoridades, hay que sumar el hecho de que no existe la tipificación del delito de desaparición en la legislación mexicana. México ratificó en marzo de 2008 la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, un instrumento que reconoce como crimen de lesa humanidad cuando la desaparición es llevada a cabo, tolerada o facilitada por alguna autoridad de manera generalizada. Aunque la ratificación constituye un paso positivo resulta insuficiente ante el tipo de amenazas que enfrentan la prensa, los y las defensoras de derechos humanos, los y las activistas ambientales y la sociedad en general durante los últimos años.
Como muestra inequívoca de la ineficacia del Estado Mexicano al atender los casos de desapariciones, destaca la incapacidad del actual Procurador General de la República, Arturo Chávez Chávez, al atender los casos de mujeres desparecidas cuando estuvo al frente de la Procuraduría de Chihuahua, situación que fue señalada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su sentencia sobre el caso González y otras (“Campo Algodonero”) vs. México.
¿Qué podemos hacer como sociedad respecto a la desaparición de periodistas? Primero solidarizarnos con las familias de las víctimas. Que sus voces al gritar “hoy no estás pero no te olvidamos”, sea también nuestra voz. Rechazar tajantemente cualquier rumor sobre el carácter moral de las víctimas, que sea el Poder Judicial quien dicte sentencia. Sumarnos a la exigencia de una justicia integral. Es decir, presionar para que el Estado Mexicano cumpla sus obligaciones.
Es fácil entender cómo un archivo puede ser visto como una ventana al pasado, para investigadores y estudiantes; en expediente privado -donde escribimos dos, Rafael Abraham Michel y Rafael Mario Michel- guardamos mucha información que a la postre ya hacen la historia y que queremos compartir con los lectores, que son lo mejor que tenemos. Sus críticas y comentarios son bienvenidas y super especiales, que las tomaremos en cuanta en: micro_cuate@hotmail.com, microcuate@gmail.com.
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