domingo, 7 de noviembre de 2021

Reabren la frontera entre México y Estados Unidos

 


Las pérdidas en ventas por más de mil millones de dólares sólo en los comercios de San Ysidro, en la frontera de California con México, el cierre de 200 negocios y 2 mil trabajadores despedidos, son algunos de los saldos que dejaron los casi 20 meses de restricciones al cruce terrestre debido a la pandemia de covid-19; se espera se empiecen a recuperar al iniciar la presente semana.

Hace unos días, el gobierno estadounidense anunció que el 08 de noviembre de 2021, después de casi 20 meses, reabrirá la frontera terrestre con México a cruces no esenciales de personas completamente vacunadas con vacunas reconocidas por ellos o la Organización Mundial de la Salud y según la definición de cada fabricante, lo que en la mayoría de los casos es 14 días después de la segunda dosis. 

El gobierno mexicano se esfuerza en hacer creer que esta reapertura es producto de sus gestiones y cuando estaba cerrada llegó a decir que era un acuerdo conjunto y hasta que se trataba de una propuesta mexicana.

Nada de eso es cierto, la decisión de reabrir la frontera, como en su momento fue la de cerrarla es totalmente estadounidense. Tan es así, que en la práctica la frontera solo se cerró en el sentido sur a norte y para entrar a México no hubo restricción alguna. De hecho, si hubiera sido decisión mexicana cabría preguntarse entonces porque no se cerró al entrar a México o porqué se mantuvo abierta la frontera sur; así lo consideró el director ejecutivo de Smart Border Coalition, Gustavo de la Fuente.

Confió en que con la reapertura el próximo 8 de noviembre —anunciada por la administración Biden una vez que disminuyeron los contagios y aumentó la vacunación en ambos lados de la frontera— comenzará la recuperación de la pequeña economía que son los negocios que en gran medida dependen de los compradores mexicanos en ciudades como San Ysidro, Calexico, Arizona, Douglas, El Paso, Laredo, McAllen y Brownsville.

Smart Border Coalition es una organización que se encarga de medir el movimiento económico y proponer soluciones logísticas en la franja fronteriza, entre Tijuana y San Diego.

“Los efectos en general han sido devastadores, sobre todo para el lado americano de la frontera, estoy hablando de las ciudades que están justo en la frontera, las ciudades pequeñas en algunos casos, que realmente dependen de los compradores, de la clientela mexicana que cruza todos los días.

 

“Nada más citar el caso de San Ysidro, ellos dejaron de vender mil millones de dólares, ahora si multiplicas eso varias veces por el resto de las fronteras, estamos hablando de miles de millones de dólares”, subrayó.

 

De la Fuente señaló que el reto que enfrentarán las autoridades de Estados Unidos, particularmente los funcionarios de Aduanas y Control Fronterizo (CBP), será lograr cruces fluidos a partir de esta segunda semana de noviembre en que miles de personas regresarán a su vida habitual, pero con medidas sanitarias que deben cumplir.

 

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