Rafael Michel
Ante quienes recurren a la islamofobia para restar simpatías a las revoluciones democráticas del mundo árabe, querría insistir en una serie de obviedades a menudo olvidadas: que el islam y la democracia son perfectamente compatibles, como lo prueban los 400 millones de musulmanes que se organizan en sistemas democráticos.
-Islamofobia (neologismo del inglés Islamophobia, compuesto por las raíces del árabe islām y del griego φόβος, phobos, miedo o temor) es un término controvertido con el que sus proponentes hacen referencia a los sentimientos de hostilidad hacia el islam y, por extensión, hacia los musulmanes. Sus críticos aducen que el concepto es usado de forma impropia para desprestigiar o silenciar la legítima crítica al islam, sobre todo en relación a las libertades civiles y los derechos humanos-.
Que la democracia cristiana es tan legítima como la democracia musulmana que gobierna Turquía o Indonesia. Que los opositores Hermanos Musulmanes de Egipto y Ennahda de Túnez hace décadas que luchan contra la dictadura y el terrorismo para lograr la democracia. Que el pueblo egipcio y tunecino -musulmán o no- merece vivir en democracia, aún más cuando se la han ganado a pulso y sin esperar que el dictador muera en la cama. Que la paz entre los pueblos se construye entre demócratas, nunca con dictadores financiados y sostenidos por otros países para restar simpatías a las revoluciones democráticas del mundo árabe, querría insistir en una serie de obviedades a menudo olvidadas: que el islam y la democracia son perfectamente compatibles, como lo prueban los 400 millones de musulmanes que se organizan en sistemas democráticos. Que la democracia cristiana es tan legítima como la democracia musulmana que gobierna Turquía o Indonesia. Que los opositores Hermanos Musulmanes de Egipto y Ennahda de Túnez hace décadas que luchan contra la dictadura y el terrorismo para lograr la democracia. Que el pueblo egipcio y tunecino -musulmán o no- merece vivir en democracia, aún más cuando se la han ganado a pulso y sin esperar que el dictador muera en la cama. Que la paz entre los pueblos se construye entre demócratas, nunca con dictadores financiados y sostenidos por otros países...
El término "islamofobia" se utiliza también en los siguientes contextos:
Actos ofensivos y sentimientos negativos hacia exclusivamente la confesión islámica
En países occidentales, la actitud xenófoba hacia los musulmanes en general y en particular, hacia los ciudadanos de origen árabe o magrebí.
La idea de islamofobia se ha extendido particularmente entre sectores pro-musulmanes en paralelo con los cambios acaecidos en la sociedad mundial tras los atentados del 11-S.
Ante quienes recurren a la islamofobia para restar simpatías a las revoluciones democráticas del mundo árabe, querría insistir en una serie de obviedades a menudo olvidadas: que el islam y la democracia son perfectamente compatibles, como lo prueban los 400 millones de musulmanes que se organizan en sistemas democráticos.
-Islamofobia (neologismo del inglés Islamophobia, compuesto por las raíces del árabe islām y del griego φόβος, phobos, miedo o temor) es un término controvertido con el que sus proponentes hacen referencia a los sentimientos de hostilidad hacia el islam y, por extensión, hacia los musulmanes. Sus críticos aducen que el concepto es usado de forma impropia para desprestigiar o silenciar la legítima crítica al islam, sobre todo en relación a las libertades civiles y los derechos humanos-.
Que la democracia cristiana es tan legítima como la democracia musulmana que gobierna Turquía o Indonesia. Que los opositores Hermanos Musulmanes de Egipto y Ennahda de Túnez hace décadas que luchan contra la dictadura y el terrorismo para lograr la democracia. Que el pueblo egipcio y tunecino -musulmán o no- merece vivir en democracia, aún más cuando se la han ganado a pulso y sin esperar que el dictador muera en la cama. Que la paz entre los pueblos se construye entre demócratas, nunca con dictadores financiados y sostenidos por otros países para restar simpatías a las revoluciones democráticas del mundo árabe, querría insistir en una serie de obviedades a menudo olvidadas: que el islam y la democracia son perfectamente compatibles, como lo prueban los 400 millones de musulmanes que se organizan en sistemas democráticos. Que la democracia cristiana es tan legítima como la democracia musulmana que gobierna Turquía o Indonesia. Que los opositores Hermanos Musulmanes de Egipto y Ennahda de Túnez hace décadas que luchan contra la dictadura y el terrorismo para lograr la democracia. Que el pueblo egipcio y tunecino -musulmán o no- merece vivir en democracia, aún más cuando se la han ganado a pulso y sin esperar que el dictador muera en la cama. Que la paz entre los pueblos se construye entre demócratas, nunca con dictadores financiados y sostenidos por otros países...
El término "islamofobia" se utiliza también en los siguientes contextos:
Actos ofensivos y sentimientos negativos hacia exclusivamente la confesión islámica
En países occidentales, la actitud xenófoba hacia los musulmanes en general y en particular, hacia los ciudadanos de origen árabe o magrebí.
La idea de islamofobia se ha extendido particularmente entre sectores pro-musulmanes en paralelo con los cambios acaecidos en la sociedad mundial tras los atentados del 11-S.
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