jueves, 15 de abril de 2021

CONVIVIO FAMILIAR

 

DESPUÉS DEL COVID 19.

DESGRACIAS.

BENDITOS MEDIOS.

CAMERINA MICHEL. 

LA RELACIÓN SE FORTALECE.

RELACIÓN CHIPOCLUDA.

CUMPLEAÑOS DE KAREN FLORES.

SE JUGO: BEISBOL, TENIS, GOLF, BRINCOS.


La familia tuvo reunión. Después de un año y medio de no poder hacerlo debido a la pandemia del covid-19, que está dejando desgracia en el mundo. Se fueron – ¡fallecieron! - amigos, conocidos y hasta vecinos. Con nosotros enfermaron algunos miembros, que en realidad uno o dos, fueron de gravedad, pero superaron la difícil situación, con aislamientos totales y cuidados precisos.Teníamos tiempo de no verlos físicamente ni siquiera darnos un apretón de mano; solamente por los benditos medios electrónicos o benditas redes sociales nos habíamos comunicado.

Pero con gusto y placer fuimos convocados por Camerina Michel, que el año pasado y este no pudimos celebrar su natalicio de vida, por la misma situación y ahora, nos invitó a un parque. Todos asistimos, cuando menos un ratito y nos despedimos, después de platicar y compartir la “sal y limón”. Los hermanos, hermanas, sobrinos, prim@s, cuñad@s, nos dimos cita. El día estuvo muy agradable. Con esto, se busca que nuestras relaciones se fortalezcan, pese a las diferencias que tenemos.
Las relaciones entre hermanos suelen ser las más largas de nuestras vidas, y de las más importantes, más chipocludas, pues: porque forjan las directrices de la personalidad de cada uno. De hecho, los estudios psicológicos certifican que el orden de nacimiento es una variable psicológica importante: no es lo mismo ser hijo único que ser el mayor, el mediano o el pequeño o ser gemelo.  Es más, en algunos casos, aun habiendo crecido en una misma familia, se desarrollan caracteres tan diferentes que no es extraño pensar que no parecen hermanos. El orden, en este caso, sí importa, pues favorece que individuos que comparten los mismos padres vivan distintas experiencias.






¿Quién no ha oído hablar del peso del papel del hermano mayor? ¿De lo mimados que son los pequeños? ¿De lo egocéntricos que pueden llegar a ser los hijos únicos? El primero que planteó la teoría del orden del nacimiento en el ámbito científico fue el psicólogo austriaco Alfred Adler, uno de los primeros discípulos de Sigmund Freud, y su primer disidente. Según él, los hermanos mayores tienden a ser más conservadores, autoritarios, responsables y conformistas; los medianos y pequeños suelen ser más independientes, críticos, cooperantes y creativos, y los hijos únicos egocéntricos, dependientes e hiperprotegidos. Enrique Arranz, catedrático de Psicología de la Familia de la Universidad del País Vasco y autor del libro Psicología de las relaciones fraternas (Herder), cree que esas características atribuidas son más que meros tópicos, aunque no llegan a ser normas generales. “La teoría del orden del nacimiento es una explicación monocausal, y las explicaciones de psicología siempre son multicausales”. Por ello, Arranz prefiere hablar del estatus fraterno para explicar por qué cristalizamos personalidades distintas, y ese estatus lo definen cuatro factores: orden de nacimiento, tamaño de la familia, sexo y margen de edad entre los hermanos.

Uno de los estatus fraternales más peculiares, y cada vez más comunes debido a la reproducción asistida, es el de los gemelos. Por muy iguales que parezcan son dos personalidades muy distintas, y es precisamente la diferenciación lo que recomiendan los expertos. “Incluso con la misma dotación genética van a ser distintos, porque tendrán interacciones sociales distintas”, apunta Enrique Arranz, catedrático de Psicología de la Familia de la Universidad del País Vasco. “Además, creo que existe una tendencia innata a la búsqueda de una identidad propia, singular. A nadie le gusta vivir con un clon”. La psicóloga Regina Bayo reseña que es mejor fomentar la diferenciación entre los hermanos, para evitar que puedan darse relaciones de dependencia. “Y eso perjudica a los dos, no sólo al más dependiente, ya que, aunque de diferente manera, cada uno depende del otro”.
Se jugó beisbol, carrera en costales -¡no tumbadas!-; competencia de brincos,  competencia de tenis de pié y hasta competencia de comedera ¡ricax!
En la tarde, hubo un torneo relámpago de golf –donde hasta los más expertos fallaron, en el hoyito mayor y menor y los inexpertos sobresalieron al por mayor; o sea, ¡ todos ¡ figuramos.

















































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