miércoles, 8 de julio de 2009

LO ABSURDO DEL PODER

Por Rafael Michel

Lo absurdo del poder radica en su falta de personificación. Las instituciones lo son todo: los individuos son removibles, dispensables, simples mecanismos intercambiables que cumplen su función durante dos, tres, seis años, y son depuestos por gracia del aparato político o, si el accesorio es muy defectuoso, por ingenierillos que a su vez también serán desechados llegado el momento. Lo importante es, al fin y al cabo, que la maquinaria siga funcionando sin importar si está a punto de colapsar o la herrumbre la corroa por completo.

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