Rafael Michel.
Todos los que formamos la actual sociedad es necesario cuestionarse mucho.
Es necesario recapacitar.
Es necesario actúar, ¡pero ya!
Pero actúar conforme a la Cultura de la Legalidad.
Es necesario poner el práctica y vivir los valores humanos.
No es posible lo que está viviendo nuestro "México lindo y querido". Todos debemos poner de nuestra parte.
En cada ciudad, estado, rancho o pueblo de nuestro México, la situación empeora, se ven casos similares donde se está perdiendo la escencia de vivir en paz y con tranquilidad.
En cada ciudad, estado, rancho o pueblo de nuestro México, la situación empeora, se ven casos similares donde se está perdiendo la escencia de vivir en paz y con tranquilidad.
Sean o no los estudiantes desaparecidos
los que fueron víctimas de tan dementes procedimientos, vale preguntarse
lo que hemos hecho mal como sociedad para haber llegado a este punto de
deshumanización, en el que hay quienes se saben lo suficientemente
impunes como para matar a decenas de personas, sin que haya
consecuencias.
El gobierno federal avanza en el
esclarecimiento del caso Iguala. Una investigación tortuosa y compleja
que para colmo de males arrancó tarde.
Se perdieron, ante la torpeza,
complicidad o complacencia de la administración del ex gobernador de
Guerrero, Ángel Aguirre, días valiosos.
No hay manera de que esto acabe bien. La factura para la clase política será altísima. Se pagará, eso que ni qué.
No es justo regatear mérito a los
avances en la investigación de la PGR, aunque sus resultados nos
coloquen de manera inclemente ante un espejo negro, que refleja lo peor
de nosotros. Murillo Karam hace, en medio de una presión desmesurada y
con un desgaste personal acaso irreversible, un importante servicio a la
nación.
Más allá de eso, y de si no son los estudiantes, ¿quiénes son entonces los que sufrieron esa terrible tortura?
A la podredumbre moral y empática de
personas sin escrúpulos se agrega la descomposición política que ha
permitido que este tipo de delincuentes tomen control de algunas partes
del territorio nacional y sean quienes se asuman como la autoridad y
dispongan de la vida y trabajo de los ciudadanos. Ya vimos lo que pasó
en Michoacán, se ha constatado lo que pasa en Guerrero, pero hay otros
estados de la República donde la situación no es mejor y podría estallar
en cualquier momento. La gobernabilidad está comprometida y se debe
actuar en consecuencia.
Desde la familia inicia el proceso de descomposición incluyendo las intituciones educativas -básicas o medias y superiores- hasta la sociedad en general.
Urge actúar.
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