Rafael Michel
Estamos en el 2012 y a finales del siglo pasado aún ni teniamos posibilidades de pensar en "Un banco de leche materna". Ya llegó y llegó para quedarse. Obviamente que la leche de los bancos está destinada generalmente a recién nacidos que tienen algún trastorno, como bajo peso al nacer, aquellos que han sido sometidos a alguna intervención quirúrgica, o que no pueden ser amamantados por sus propias madres
La leche materna es el alimento idóneo para los recién nacidos. De acuerdo con el Programa Ibero-americano de Bancos de Leite Humano, por su composición y nutrientes, “es un alimento completo y suficiente para garantizar el crecimiento y desarrollo saludable del bebé durante los primeros dos años de vida”.
Además “protege al niño de varias enfermedades, es fuente natural de lactobacilos, bifidobacterias y oligosacáridos; y favorece el vínculo madre-hijo, facilita el desarrollo emocional, cognitivo y del sistema nervioso”.
No obstante lo benéfico de este alimento, en muchas ocasiones, las madres no tienen la posibilidad de dar leche a sus bebés por diversas razones: no la producen en la cantidad necesaria, no tiene la calidad suficiente, consumen algún tipo de medicamento o tienen alguna enfermedad que puede afectar al bebé. En esos casos pueden recurrir a un banco de leche.
Los bancos de leche materna son lugares en donde se recolecta leche de madres donadoras y se conserva para darla a bebés que no pueden recibirla de su propia madre.
Los bancos existen en diversos países alrededor del mundo, y en México es un proyecto que próximamente comenzará a operar de manera amplia, con base en un acuerdo establecido con Brasil —país con mayor experiencia en la operación de bancos de leche—, mediante el que profesionales de la Red Brasileña de Bancos de Leche Humana (RBLH) capacitan a personal de México para la operación y puesta en marcha de una red de Bancos de leche.
La donadora puede ser cualquier madre que esté saludable, que no tengan infecciones importantes, y que no consuman ninguna sustancia que pueda afectar la calidad de la leche, como pueden ser medicamentos, drogas o alguna otra sustancia tóxica.
Para que una madre pueda ser donadora es necesario que sea entrevistada por algún profesional de la salud, y presentar ciertos análisis clínicos para corroborar su buen estado de salud, como por ejemplo de VIH, hepatitis o sífilis.
Se extrae la leche con un artefacto especial para ello, la deposita en un recipiente o frasco estéril, y lo lleva al banco de leche, ya sea congelada o recién extraída, para asegurar su buen estado.
Por otro lado, es importante que la madre esté amamantando a su hijo, y que la leche que produzca sobrepase las necesidades de su bebé, para que no vaya a hacerle falta a éste.
Después de ser recibida, la leche se pasteuriza con el objetivo de eliminar posibles virus, o gérmenes, como por ejemplo, el VIH. Posteriormente se almacena generalmente congelada.
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